Llegando al castillo después de una larga ausencia. [Libre]

Regresé a Volterra después de haberme ausentado un tiempo y me encontré con que las cosas estaban muy cambiadas. Tenía intenciones de ir a visitar a mi hija, pero mejor esperaría que ella supiera que yo habia vuelto.

Me dirigí al salón de los tres y tomé asiento esperando a que algo sucediera.

Estaba desesperada de nuevo.. si fuese humana, al borde de las lagrimas, parecia tener una especie de depresion, muchas cosas sucedian entre esas paredes, y yo no me enteraba de nada.. nadie me avisaba, nada sabia... pero tenia el presentimiento.

Me encontraba en la sala de los señores, esperando algo.. hasta que entro alguien, Marco, con el si que se podia hablar, era mas.. comprensivo que los demas, aunque mas indiferente.

- Mi señor.. Marco...- susurre acercandome a el.

Miré hacia adentro del salón y vi que Athenadora se encontraba ahí, metida entre las sombras, se acercó a mí mientras me saludaba. Llegó ante mí y tomé su mano delicadamente para besarle el dorso sin dejar de mirarla a los ojos.

-Mi querida Athenadora, ¿como te encuentras?- se le veía algo compungida, triste tal vez, era cómodo encontrarme con ella, nuestras charlas solían ser amenas, más cuando Dydima estaba con nosotros.

Sonrei, pero no con alegria, sino porque al fin encontrana algo de comprension en este lugar.. alguien que me preguntaba por mi estado, muchos debian aprender de el.

- Marcus... me alegra que estes aqui, necesitaba hablar con alguien.. no estoy muy segura de lo que pasa en Volt... - me pare en seco, debia tomarmelo todo con mas calma -... me encuentro, simplemente mi Señor...

Le estreche la mano un poco mas fuerte y suspire, estaba muy triste...

- Y tu.. ¿como estas? Os echamos en falta aqui..

Las palabras de Athenadora me desconcertaron un poco.

-Ven querida hermana, siéntate conmigo, no te ves bien.- me levanté y caminé con ella de la mano hacia uno de los sillones que teníamos al final del salón.

-Que ocurre Athenadora, te noto triste y preocupada. Sabes que puedes confiar en mí. Lo que le hace falta a este castillo es verte sonreir.- El ambiente del castillo era muy estresante y hasta cierto punto repulsivo, el ver así a Athenadora, me hacía preguntarme que le pudo haber ocurrido, o que le pudo haber hecho CAius.

- Lo estoy... mi Señor - no tenia porque, pero me gustaba llamarle asi, le tenia respeto - preocupada y.. triste, Caius no se interesa por mi, muero de sed y necesito libertad - no me preocupaba por decirselo a el, sabia que no me diria nada en contra.

- Y tengo el presentimiento de que algo terrible ocurrirá - susurre sentandome a su lado.

Yo no era lo que era antes.. alguien lleno de vida, seductora y aunque melancolica, siempre con una sonrisa, aunque fuese algo macabra.

Me extrañaba en sobremanera ver así a Athenadora. Era preocupante que se sintiera de aquella manera, y no me sorprendía en lo absoluto que mi querido hermano no la atendiera como era debido.

-Me parece Athenadora que te hemos dejado a la deriva, si no vienes a contarme lo que te sucede, pe parece que yo tampoco lo hubiera notado, lo siento mucho. Hay ocasiones en las que nuestras cabezas se llenan de asuntos por saldar y olvidamos lo verdaderamente importante. Sé que no es justificación, pero espero entiendas nuestra posición.-

Me intrigaba el escuchar que ella sentía que algo malo pasaría.

-Con respecto a tu sed, lo arreglaremos pronto. Aunque me interesa saber porque temes que algo malo este apunto de ocurrir...¿tienes algun fundamento que apoye tu teoria?

Me sentia derrotada, porque no tenia razones para pensar eso, solo me lo decia mi intuicion y nada mas, como ya me recorde anteriormente, el tiempo diria si tenia la razon o no. Esperaba estar equivocada.

- Entiendo que haya cosas mas importantes que yo.. - baje la mirada al suelo de la sala - y que esteis en otras cosas, en cuanto a lo otro, no... - cerre los ojos un momento - no tengo fundamentos, solo se trata de un sentimiento poderoso.. Marcus.. solo eso, lo siento...

Y yo ahi, despues de tantos siglos, de esa manera.. era lamentable, solo podia dar pena.

- Solo me queda decir.. que tengas cuidado, por favor..

-Tomaré tu consejo querida cuñada, te lo agradezco, yo no me ando sin precauciones.-

La tomé de la mano nuevamente, con delicadeza y se la besé con sigilo. Su piel era tersa y suave, aunqué se sentía su aprensión por la sed que sentía.

Lamé a uno de los subditos que se encontraban fuera del salón y le ordene que consiguieran "aperitivos" de los mejores que se pudiera.

-Me parece que te hace falta una buena comida querida hermana.- Me sentía extrañamente atraido por Athenadora, el verla en esas condiciones me hacía sentirme protector con ella.

- Me alegra oir eso, estare mas tranquila - susurre con mi voz de terciopelo y con acento raro.

Mis ojos brillaron de manera especial, y cuando oi su peticion, me removi con nerviosismo, seguramente mis ojos estarian ahora mas oscuros que nunca, ansiosos de sangre.

- Mi querido Marcus... ¿como agradecente esto? me siento halagada mi Señor - incline la cabeza levemente hacia el - al menos aqui estas tu para ayudarme.. no se que hubiera pasado...

Le mire y por primera vez en mucho tiempo sonrei con sinceridad, el debia ser el lider.. con su bondad y amabilidad. Resultaba extraño que fuese el quien me cuidara en estos momentos y no Caius, como era su deber.
Puse mis dos manos en la suya, agradecida.

No te preocupes Athenadora, es una pena que Caius deje opacar a tan bella gema. Seguramente debe ser un descuido, eso quiero imaginar.- Sabía que los actos de Caius eran perfectamente calculados, me intrigaba la causa de que hubiera dejado así a su esposa, después de tantos años de compañía. Algo grave tendría que estar sucediendo, ya hablaría más tarde con él.

El ver a Athenadora hacía que la sintiera vulnerable, y ella por sobre todas las vampirezas del castillo era quien mas coraje y valor tenía, eso me intrigaba, algo verdaderamente grave debió de haberle pasado.

Sentí su tacto en mis manos y me estermecí un momento. No pienses en el hubiera, ahora estarás bien, no volveré a descuidarte de esa manera. Si mi hermano ha tenido ese error yo no lo tendré, tienes mi palabra.-

Me preguntaba donde se encontraría Dydime, por Camille no me preocupaba, ella era muy astuta, mucho más que mi amada Dydime.

off: Hola! Oye sabes si hay usuario registrado como Dydime? o sigue vacio el pj? Gracias. Un placer en rolear contigo.

Reflexiona sobre sus palabras con un poco de amargura, yo no me sentia una gema... no desde hacia tiempo, me sentia gris, nada, el vacio... sola.

- Marcus, muchisimas gracias, ahora me siento mejor, necesitaba esas palabras, necesitaba comprension, te estoy muy agradecida.. yo te prometo no quejarme tanto - y mas que deberia quejarme, tarde habia empezado,pense, pero no lo dije.

Sentia su preocupacion por algo, seguramente por Didyme, era normal... ella era especial, siempre tan amorosa....

off: pues que yo sepa no hay didyme aun :/, esta vacio... de nada y lo mismo digo!!^^

Entró el sirviente al que le había mandado a traernos los aperitivos, caminaba elegantemente con dos mujeres jóvenes y un muchacho de unos 20 años aproximadamente. Se veían algo temerosos pero no al borde del susto.

-Vaya, que rapidez.- Sonreí y miré a Athenadora. -Vamos hermana aquí esta tu recompensa por tu larga espera.- Mi próxima misión era hacer que Athenadora brillara como un diamante de nuevo.

En cuanto entraron los humanos sonrei con tanta alegria que me sentia extraña, despues de tanto tiempo sin probar sangre... y me setia ansiosa, y nerviosa, mis instintos de caza se habian adormilado, pero ya era hora de ponerlos en marcha de una vez.

- Ah.. - jadee, y hable en voz baja para que solo el me oyese - un buen grupo... se me hace la boca agua con solo olerles - cerre los ojos, oliendo la fragancia de los humanos, y al abrilos, mis ojos estaban mas negros que nunca.

- Bien... - ronronee - no me gusta jugar con la comida -] lanze una ultima mirada a Marcus y en un segundo ya estaba saltando hacia los humanos...

El primero nunca se enteraria de como murio, cayendo al suelo por mi peso y mi fuerza, y golpeandose contra el frio y duro marmol, el segundo y el tercero corrieron espantados hacia la salida, pero no podian escapar de una vampia murta de sed.

En cuanto quedaron sin sentido, me acerque al primero y roze mis dientes contra la piel de su cuello, mire a Marco para sonreirle y luego mordi y chupe su sangre hasta el final, igual que con el chico joven y otra de las mujeres.

Me acerque a Marco con seriedad y le bese las manos.

- Gracias... - dije simplemente, alzando la vista para mirarle con admiracion.

Crucé una de mis piernas sobre la otra y me recargué en el respaldo del sillón observando como Athenadora satisfacía su sed. La miré impasible mientras ella se divertía con su cena. La escuché darme las gracias y una media sonrisa se me dibujó en el rostro.

-No tienes nada que decir, espero que sepas agradecer a su debido tiempo, por mi parte, jamás vovlerás a sentir ninguna peniria si te acercas a mí y me dices que te acongoja.-

Me levanté del sillón y acomodé mi túnica para que callera perfecta sobré mi espalda. -Ahora, quiero que me digas que ha sucedido en el castillo durante mi ausencia.- le extendí una mano para ayudarla a levantarse del suelo y sentí como su tacto había cambiado, ella se veía diferente ahora que se había alimentado. -O será que ¿Apeteces algo más?-

Pense que quizas debi dejarle algo a Marcus, habia sido muy egoista, pero ya se sabe,.. un vampiro muerto de sed era de las peores cosas que podian pasar, y yo estaba sedienta.
Pero ya habia recuperado mi buen humor, al menos por ahora y con Marcus, me sentia perfectamente para soportar lo que fuese.

Me levante con su ayuda cortes y le mire como solia hacerlo siempre, con una media sonrisa en mi rostro, siempre burlona.

- Ahora que lo dices, si... me apetecen muchisimas cosas mas, cosas que hace tiempo deseo, pero... - sonrei e hice una mueca y apoye la mano en mi cintura - en lo que se refiere a lo sucedido aqui pues... nada aparentemente anormal, y digo en apariencia, Aro y .. Caius, estan casi siempre ausentes, han llegado al castillo varios guardias nuevos muy provechosos y nuestro Alec parece haberse enamorado, lo que ha ocasianado un gran revuelo.... Ya ves, todo bastante aburrido.

Era increible el cambio que habia dado en pocos minutos, ahora era yo, y no la Athenodora debil de antes, aunque aun sentia muchas ganas de que Marco me protegiera.

-¿Algo mas que quieras saber..? - pregunte, divertida.

Se levantó y de inmediato se vió en ella su escencia, espléndida, elegante, sensual, la Athenadora de siempre, aún había algo escondido, que no se había recuperado del todo, pero en definitiva ya era una Athenadora diferente a la de hacia unos minutos.

-Me gustaría que me dijeras que cosas son las que te hacen falta, si esta en mis manos las tendrás.- No solía ser tan espléndido con nadie, pero mi cuñadita me lo provocaba.

-También me gustaría saber porque mi hermano te tiene tan abandonada?.- Eso era algo que solo ella podía decirme, estaba seguro que ella sabía porque.

Sonrei de lado y le lenze una mirada sugerente, tipico de mi, ya luego, quizas, le diria todo lo que me faltaba...

- Ah... - suspire y mire mis manos, pensativa pero aun sonriendo de aquella forma - Tu hermano me tiene desamparada, ya no se preocupa por mi, ni me desea.. de ninguna forma, creo que.... - por un momento volvio a mis ojos la tristeza, o el fastidio - creo que se divierte mas con otros vampiros.. o vampiras, ya no me tiene ningun respeto, por decirlo de alguna forma, soy, como dirian los humanos de ahora, una mujer florero, y sabes Marcus, que yo nunca he sido asi, siempre he querido que me valoren, y el no lo hace..

Me ergui y camine lentamente por la sala, sin irme muy lejos, mirando a mi Señor.

-Necesito que me necesiten, necesito libertad, independencia y la pasion de antes....

Quizas estaba yendo muy lejos, no tenia que olvidar que el era uno de los tres lideres, y compartia pensamientos con Aro y Caius, y yo estaba explicando muchas cosas. Le observe, un poco temerosa.

Asentí antes sus palabras con la cabeza y me acomodé en el sillón individual en el que me había sentado apoyando los brazos en los posabrazos.

-Gracias por sincerarte conmigo hermanita, tus inquietudes estarán bien guardadas conmigo, y de ser posible averiguaré porque mi hermano se conporta de esta manera tan deshonrosa.-

Escuché sus últimas palabras y mi expresión cobró cierta intriga.

-...y dime Athenadora, habrá algo que yo pueda hacer para que te sientas.... asi?-

Recargué uno de mis codos en mi pierna y mi cabeza sobre mi mano inclinandome un poco hacia adelante con gesto interesado

Viendole asi, si que podria pensar que el me podia dar todo eso y mas, su amabilidad no tenia limites, o eso parecia.

- Pensandolo bien... - me acerque con paso ligero y me sente en uno de los escalones que conducian a los sillones de los Señores - estoy segura de que si quisieras, podrias ayudarme, Marcus.

Me gire parar verle mejor.

- Pero eso no depende de mi.. no tengo poder aqui, en cambio tu si, me pregunto si tus hermanos estarian de acuerdo con eso.

Y sobre todo Caius... que era el mas colerico, y ademas, mi esposo...

- Sabes bien que todo lo que digas, lo hare... encantada.

Tomé una de sus manos y la besé por el dorso. Hice cara de no entender sus palabras y la miré inocentemente.

-Me parece que podría hacer un esfuerzo querida hermana, con tal de ver la sonrisa dibujada en tu rostro de nuevo....-

La miré entornando media sonrisa y volví a besar su mano. Me intrigaba la presencia de Athenadora, siempre la había visto como una hermana, pero ahora....ahora la veía un poco diferente.... más zagaz...mas atervida, mas atractiva. Mi hermano era un perfecto imbecil por dejarla descuidada de esa manera.

Cree los ojos y suspire un poco al sentir sus besos en mi mano, hacia mucho que nadie me tocaba y mucho menos, besarme la mano, ya pensaba que esas cosas no eran para mi.

- Mi señor... - entre abri los ojos - ya con tu sola presencia la sonrisa aparece sola y no se que mas podrias hacer para alegrarme... me has regalado amablemente lo que necesitaba.

Sonreí aún con mis labios cerca de su mano respirando para que sintiera mi aliento en su piel. La miré a los ojos encontrandome aún ene sta pose.

-Me alegra enormemente verte sonreír querida mía.- incorporé mi cuerpo de nuevo y me senté plácidamente en mi sillón dejandola sentada a mis pies sobre las escaleras.

-Y ¿cuales son tus planes para ahora? Yo esperaba que alguien `pudiera informarme con detalle lo que sucedía en el castillo, pero veo que nada de gran relevancia. Me gustaría saber como se encuentra Camille, la has visto?

Mi plan era recuperar mi libertad y escapar de este lugar lo antes posible, pense, pero tampoco dije eso... estaba muy sola, Sulpicia, Jane, a su manera, y el mismo estaban conmigo, pero cada uno tenia sus preocupaciones y sus vidas... yo estaba sola.

- Sobre lo que ocurre en el castillo estan mas informados los guardias, yo... suelo estar encerreda y no entiendo de mucho. Pero te puedo decir que no se nada relevante de Camille, no suelo hablar con nadie... No tengo planes, por ahora...

Me sentia un cero, ni a mi señor podia complacer.

Tendría que conseguirle una dama de compañía a Athenadora, me intrigaba que estuviera tan sola, tal vez Dydime y ella deberían pasar más tiempo juntas, tal vez también Sulpicia.

-Ya veo, que pena, sería interesante que fraternizaras mas con tu sobrina Athenadora. No me gusta que Camille se meta en problemas que no le corresponden por sus compañías, quizá tu pudieras darle consejo.-

Me refería a todo ese asunto de Jane-Alec-Sophie-Mary seguían causando revuelto en la guardia y se distrían de sus actividades.